miércoles, 19 de abril de 2017

Lipoatrofia muscular... la enfermedad de las oficinas

La lipoatrofia es una disminución del tejido adiposo (grasa) situada bajo la piel, que se ha descrito en diferentes partes del cuerpo, aunque mayoritariamente afecta a los muslos y, en menor grado, al antebrazo. Es un trastorno que afecta al sector femenino.
 
Visualmente, se trata de una depresión o un surco en la piel de forma semicircular que se presenta a una altura de unos 72 cm sobre el suelo, coincidiendo casi siempre con la altura de la mesa de trabajo. Habitualmente, estas lesiones se presentan sin otros síntomas acompañantes (a veces un poco de picor), y ni la piel ni el músculo están afectados.
 
Es reversible cuando finaliza la exposición a los factores de riesgo que la causan. Cuando tiene relación con el ámbito laboral, se considera un daño derivado del trabajo y, por tanto, un accidente de trabajo. Cuando hay más de un caso en el mismo centro de trabajo, también se debe informar a la autoridad sanitaria (Consultar Protocolo de actuación).
 

 
¿Cuales son las causas?
 
Las causas son, hasta el momento, desconocidas y las hipótesis formuladas hasta ahora son:

Microtraumatismos: por presión reiterada de la zona afectada (muslo) sobre el borde de la mesa.
 
Campos electromagnéticos: las mesas absorben y acumulan los campos electromagnéticos generados por el cableado, los ordenadores y otros aparatos eléctricos, de manera que en el contacto del cuerpo humano (muslo) con el borde de las mesas se produce la descarga eléctrica.
 
Electricidad estática: las personas se cargan de electricidad estática por fricción (al caminar, al sentarse...), y al estar en contacto el cuerpo humano (muslo) con el borde de las mesas se produce la descarga electrostática.
Ninguna de estas hipótesis ha sido demostrada por estudios observacionales ni experimentales, no obstante hay una serie de factores de riesgo que son comunes a todos los casos aparecidos y que están relacionados con las hipótesis mencionadas:
Las instalaciones generales del edificio: sistema de ventilación/climatización, instalación eléctrica, tipo de suelo (moquetas, terrazos, suelo técnico, etc.).
 
El mobiliario: tipos de mesas (estructura metálica), sillas (con ruedas).
 
Los equipos de trabajo: ordenadores, impresoras, móviles, PDA, etc.
Medidas Preventivas
 
Las medidas preventivas que se recomiendan son:

Disponer de mesas con bordes amplios y redondeados, de manera que la superficie de contacto sea mayor, es decir, evitando los bordes vivos y estrechos.
 
Revisar el diseño de los lugares de trabajo y la distribución de los equipos y las herramientas de trabajo para evitar movimientos que impliquen el contacto con el borde de la mesa, teniendo presente no tan solo las tareas habituales del lugar de trabajo, sino también las derivadas del mantenimiento y, sobre todo, la limpieza.
 
Informar a los trabajadores y las trabajadoras, y establecer procedimientos de trabajo para evitar que las diferentes partes del cuerpo de las personas puedan ejercer presión de una manera continuada sobre los bordes del mobiliario y, en especial, de la mesa de trabajo.
 
Garantizar unos valores de humedad relativa (HR) del aire del orden del 50% en aquellos casos en que existan posibilidades de generarse cargas electrostáticas.
 
Evitar la presencia en los lugares de trabajo de materiales que originen y acumulen electricidad estática (sillas metálicas o patas de las mesas metálicas).
 
Evitar la influencia de las instalaciones eléctricas sobre la estructura metálica de las mesas de trabajo, mejorando el aislamiento eléctrico del cableado respecto de la estructura metálica de la mesa y conectándola a la toma de tierra de protección del circuito eléctrico (no es recomendable el suelo técnico).

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